Siempre pensé que si supiera que me quedaba una
semana de vida me iría de viaje con mi familia para poder despedirme de ellos,
hablar con mis amigos hasta altas horas de la noche y ponerme en paz con Dios.
Ahora que es el momento ha sido todo lo
contrario, no he tenido fuerza para salir de casa, no he querido ver a mis
amigos ni familiares, no tengo fuerzas ni ánimos para mirarlos a los ojos
sabiendo que pronto dejaré de verlos; solo me la pasó dormido, despierto
durante algunas horas para tratar de comer algo, aunque quizá es por pura
costumbre.
¿Con Dios no me he puesto en paz, incluso estoy
más enojado que nunca, por qué me ha dejado pasar por esto? ¿Por qué habiendo
tanta gente malvada me pasa esto a mí? ¿Qué hice mal? ¿Siempre trate de vivir
según su palabra y así me paga? ¿Por qué castiga a mi familia haciéndola sufrir
por mí? Ahora incluso estoy casi seguro de que no existe, aún trato de
resistirme a esa idea, aunque no sé ni para qué.
Mi cuarto está oscuro, apenas entra un poco de
luz por una rendija entre las ventanas, se ve todo gris como mi casi extinta
vida, lo único que hago es quedarme sentado todo el día mientras no estoy
dormido, escucho a mi familia triste, aunque tratan de no mostrarlo, hoy tercer
día de la semana comencé a leer un poco durante el día y en los párrafos de
"Duelo por un amigo" de Dick Francis encontré un poco de paz, siempre
me ayudó leer.
Hoy siendo el día 5 por fin me animé a abrir un
poco las cortinas, salir de mi cuarto y abrazar a mi familia, platicar con
ellos y sentarme a la mesa a comer algo, hace mucho que no disfrutaba tanto un
caldito de pollo, por la noche volví a la lectura hasta que me quedé dormido.
Hoy es el día, día lluvioso, día triste, estoy en
el templo, decidí aceptar que me voy de aquí, no sin antes ponerme a los pies
de mi creador, sé qué días antes estaba enojado y aún sigo sin entender por qué
me pasó a mí, pero espero que Él, si es que existe, me de las respuestas y
reconforte a mi familia y amigos; por vez primera desde que me pasó esto lloré
y lloré mucho como nunca en mi vida, salí y camine bajo la lluvia, solo, no
tuve el valor de estar en casa ni de salir con mi familia, no quiero que me
vean partir; llegó a casa y las manos pierden su fuerza al tratar de abrir la
puerta, una persona que no conozco me sostiene cuando caigo al suelo, me
envuelve en un abrazo cálido y acogedor, cierto los ojos y todo queda a oscuras
y en silencio.
Después, la luz...
PD: No conozco al autor o autores de las imágenes, si algún día lo llego a saber, pondré la referencia.
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