Semana 42 (b) Infidelidad


La conocí hace tiempo en una fiesta, en cuanto entré al salón lo primero que llamó mi atención fue una mujer enfundada en un largo vestido azul zafiro entallado con los hombros descubiertos y que dejaba a la vista su torneado cuerpo, se veía preciosa, me la presento un amigo en común y al verla de cerca note sus grandes ojos, sus carnosos labios y casi sin querer su pronunciado escote, al platicar con ella algo en mi despertó, es muy versada en diversos temas, sabe al menos 3 idiomas, simplemente dejo en mi una profunda impresión, supongo se dio cuenta ya que desde que cruce las primeras palabras con ella, no dejo de sonreír y jugar con su cabello.

Esa noche fue espectacular, bailamos, bebimos, platicamos hasta altas horas de la noche, y, cuando se hubo acabado la fiesta me apreste a llevarla a su casa; resulta que no vivía en la ciudad, aunque si nació aquí, por lo que me pidió que la llevara a conocer algunos lugares antes de llevarla a su hotel; por ahí íbamos, cuando llegamos a una plaza, que podría ser cualquiera, me dijo que estaba cansada de sus zapatillas así que nos recostamos en el césped, se saco el calzado se soltó el cabello y se recostó sobre el césped dejando en mi una maravillosa vista desde sus pies hasta la punta de su pelo, no pude evitar besarla, allí tumbados en el césped, justo al alba, me enamore.

Esa fue la primera vez que fui infiel, mas no la ultima, después de aquella vez no volví a verla, y, desde entonces, le he sido infiel cada día, con mi esposa.




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